Diciembre 2010


Felicidades
Más allá de los trillados mensajes anti-consumistas de la temporada te invito a que reflexiones en lo que de cualquier forma vas a regalar.

Quienes reciban de tus manos la inversión de tu aguinaldo con mucha seguridad querrán mucho más lo que está envuelto con papel de china, quieren saber cuán importantes son para ti y cuánto les dedicas de tu tiempo y pensamientos siempre. Es por ello que un buen consejo es:

1. PIENSA. Dedica tiempo a pensar en los regalos que vas a comprar. Ciertamente dedicarás tiempo en salir de casa u oficina para visitar alguna tienda, pero antes de ello invierte tiempo en PENSAR acerca de los regalos que vas a dar, indudablemente esa fracción de tu vida dedicada a quien le regalas impregnará el obsequio de un mensaje que no se podrá leer en la tarjeta navideña y quién sabe, si finalmente eso será lo más importante.

2. ESCUCHA. Los anuncios nos estarán bombardeando cada que encendamos el televisor, sintonicemos la radio o abramos correos electrónicos llamados: 'Boletín Emaús'; pero, lo más relevante, es estar atento a la verdadera necesidad de tus seres queridos. Pocas palabras pueden definir mejor al amor que la palabra atención. Observa y escucha a quienes recibirán tus obsequios y tendrás la certeza de qué es lo más conveniente para ellos. Tu regalo entonces reflejará tu atención y compromiso permanente, más allá de los festejos.

3. REGALATE. La Biblia enseña que el principal mandamiento es amar a Dios sobre todo y después de eso amar a los demás como a nosotros mismos. Decide regalar en esta temporada algo en calidad y precio que te gustaría que te regalaran y aprende a disfrutar de ello, como lo dice el versículo lema de la Asociación Mundial de Boxeo: «Más bienaventurado es dar, que recibir.»

Bendiciones.
Que Dios te guarde, hoy y siempre.

«El Señor te bendiga
y te guarde;
el Señor te mire con agrado
y te extienda su amor;
el Señor te muestre su favor
y te conceda la paz.»
Números 6:24 NVI
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